domingo, 30 de septiembre de 2007

Owerawa Karaí. Mboraí de Awaju Poty dedicado a José Artigas

OWERAWA KARAI

Venido desnudo
En un poncho estrellado
Silencio de piedra
Corazón destrozado
Owerawa Karaí

Leyó las amenazas de la noche
Descifró el espiral hilo de humo
Fue cazador
Entre las espinas
Owerawa Karaí

Se quemó en las gargantas infernales
Entretuvo los pétalos del fuego
Se hizo velocidad
Luz repentina
Rayo blanco en las tinieblas
Owerawa Karaí

domingo, 22 de julio de 2007

El Valor de la palabra en la Civilización Guaraní David A, Galeano Olivera

El valor de la palabra en la Civilización Guaraní
Por: David A. Galeano Olivera[*], 2005

1. Introducción
Convengamos en el inicio de esta exposición que el guaraní –hablado por la mayoría de la población del Paraguay– detenta en su historia las mayores y más violentas persecuciones, como ninguna otra lengua sufrió en la historia de la humanidad. Prueba de ello es que en los últimos cien años, los guaraní-hablantes padecieron todo tipo de atropellos verbales y físicos. Gente a quienes despectivamente se trataba de "guarango", "campesino", "indio" o "juruky'a". Otros fueron castigados en las instituciones educativas, quedando en la escuela después de la hora de salida; o en la esquina de la sala de clase de plantón; o bien, recibiendo bofetadas; o recorriendo el patio escolar repitiendo “no voy a hablar más guaraní”, o arrodillándose sobre sal gruesa o avati tupi ku'i; o colgándose de una alambrada de púas, en la posición ñakyrã y gritando a todo pulmón “estoy aquí por hablar guaraní”, o siendo sometidos a la degradante experiencia de bajar de grado o curso por hablar guaraní.
Los ataques fueron despiadados, como el último que el propio MEC pretendiera perpetrar sustituyendo el guaraní por el jopara (mezcla de guaraní y castellano) en la Reforma Educativa; con la excusa de que la tendencia de la filosofía educativa en materia lingüística apunta a la pragmática o al funcionalismo, según la cual debe enseñarse el guaraní que es hablado cotidianamente, aunque "eso" sea una mezcolanza sin pie ni cabeza.
Con ese pretexto, en 1999, el MEC inició una campaña que debía inicialmente presentar al guaraní como "muy dificil" o "muy complicado" en la enseñanza, para luego –tal como ocurrió– incorporar el supuesto "guaraní paraguayo" o jehe'a (mal llamado jopara) en la enseñanza. Lo llamativo del caso es que sólo el guaraní paraguayo fue incorporado; en cambio, del castellano paraguayo nadie se acordó; pese a que la expresión pragmática del castellano en el Paraguay nos hace decir locuciones como: venína un póo // avisáleke taén a tu aguela // qué hora pio tené hina vo; lo que demuestra que todos los paraguayos aulámos masiado bien lóo el catelláno. De cualquier manera, sería dificil encontrar a, por lo menos, un profesor de Castellano que enseñara ese disparate llamado "castellano paraguayo"; o que en adelante enseñara a escribir "se bende carvón", "ay yelo", "se arquila salones comersiales", "se ase compostura de sapato", pese a que así están escritos innumerables avisos, como fiel reflejo del pragmatismo del castellano en el Paraguay.
Empecinado con el "guaraní paraguayo" o jehe'a (mal llamado jopara), el MEC imprimió en el 2004 otra cantidad impresionante de libros escritos en el horrible jehe'a, supuestamente para el fortalecimiento de la educación bilingüe. En dichos libros encontramos las "nuevas" palabras en guaraní. Así, "mayo" en adelante se escribirá y se dirá "májo"; por su parte, "marzo" será "márso"; "agosto" será "agóto". También se dirá y escribirá: "che papá", "che mamá", "ñande ha’e persóna", "sírkulo", "kostúmvre", "intelihénsia", "Rramos Rroméro", "diytádo", "kláse", "estratégia - estratéhia", "aprendisáhe", "sosieda", "arrójo" y así... varios otros descomunales disparates.
Otra perla de la nueva propuesta de enseñanza bilingüe consiste en cómo escribir la palabra castellana "exponente". Según los sesudos autores de esta "joya", dicha palabra se deberá escribir "eksponénte (eks-po-nén-te)". Sin embargo, cualquiera sabe que el guaraní se caracteriza por la silabación directa (vocal sola, o consonante más vocal), por lo que las sílabas del guaraní nunca terminan en consonante. En consecuencia, las sílabas terminadas en consonante constituyen una dificultad fonética para el guaraní-hablante. No podrá pronunciarlas, o tendrá dificultades cuando lo haga. En todo caso, y sólo a modo de análisis, lo máximo que un guaraní-hablante podría decir es ey-po-né-nte, pero nunca eksponénte. Por lo mismo, es incorrecta la nueva palabra "provléma", ya que en el guaraní no existen las sílabas con pr, y tampoco existen las sílabas con bl. En el peor de los casos, en lugar de "provléma", el paraguayo diría "poléma (po-lé-ma)". Aunque todos sabemos que el paraguayo dirá "aike peteĩ javoráipe", o "tuicha ko apañuái", o "ko pa'ã ndaijapýrai". Es una lástima que el guaraní sea manoseado y degradado de esa manera. Es una pena.
Desde setiembre de 2004, a raíz del triste episodio de la publicación de esos pseudolibros, me dediqué a recorrer varios distritos del país, así: Itaugua, Fernando de la Mora, San Juan Bautista, Aregua, Villarrica, Ka'aguasu, Ciudad del Este, Arroyos y Esteros, Tovatĩ, Eusebio Ayala, San Lorenzo, Edelira, Lambare, Encarnación, Villa Hayes, Pastoreo y Ky'ỹindy, procurando explicar la situación de peligro que atravesó y atraviesa el guaraní al ser sustituido por el guaraní paraguayo o jehe'a. Grande y feliz fue mi sorpresa al constatar –en cada encuentro– la firme decisión de los docentes de guaraní de no aplicar dicho nuevo modelo, elaborado por el MEC en forma inconsulta y sobretodo arriesgando la vida de nuestro avañe’ẽ. En todas esas comunidades, de forma libre y espontánea, los participantes suscribieron categóricos pronunciamientos de rechazo a la nueva propuesta de Educación Bilingüe. A tanto llegó el rechazo y el malestar que, en una jornada hecha en Guarani Róga, una docente del Ateneo residente en Mbujapey, me entregó la Resolución de la Junta Municipal de ese distrito, que prohibía la implementación del jehe'a en el Municipio y rechazaba el proyecto del MEC. Sin embargo, la impresión más fuerte la experimenté en una jornada sobre el tema, realizada en Asunción y dirigida a Maestros Indígenas.
2. Desarrollo
2.1. La Jornada
Ante la solicitud de exponer a los maestros y líderes indígenas la situación del guaraní en el contexto de la nueva propuesta de Educación Bilingüe del MEC, me hice presente en la jornada. Con la mayor objetividad posible, les expuse la situación. A medida que hacía los comentarios y proyectaba las transparencias, observaba en sus rostros cierta tristeza y la sensación de preocupación. De cuando en cuando hacían ciertos comentarios en voz baja, entre ellos. En el grupo pude reconocer a tres indígenas Mbya Guarani, con quienes 20 años atrás, tuve la ocasión de compartir experiencias en sus comunidades, ubicadas hacia San Pedro y Ka'aguasu.
Al terminar mi exposición, salimos a un receso; y fue el momento en que nos saludamos y conversamos recordando viejos tiempos. Nuestra alegría fue grande al reencontrarnos después de mucho. Lentamente, la conversación se centró en el tema que les preocupaba, la propuesta de Educación Bilingüe del MEC. Llegó un momento, en que uno de ellos me dijo:
«Mba'éiko pejapo peẽ jurua Guarani ñe'ẽre. Peẽ niko pehekýi orehegui upe ore ñe'ẽ ha pemongy'a orehegui. Peipuru guarani peporoja'o haĝua, pejoja'o haĝua, péicha pemongy'a. Péva ndaha'evéima guarani. Oréniko romomba'eguasu ko'aĝaite peve upe ore ñe'ẽ, ore ojoapytépe. Guarani niko hekokatu ha hekopotĩ. Ko'áĝa –peẽ pembyaihaguére guarani– umi ñande'ỹva –oikuaaporã'ỹre avei– ombojáta orerehe ha he'íta hikuái orerehe ore orejuruky'aha ha ore orerekomarãha».
Mientrás él hablaba, yo lo observaba y podía sentir su dolor al reflexionar sobre el guaraní. Él se sentía impotente y rabioso. Le dolía en el alma las agresiones que históricamente los paraguayos cometimos contra el guaraní; a las que hoy se sumaban –según sus expresiones– estas aberraciones que el MEC propone como guaraní.
2.2. La palabra no falsea ni engaña
Cuando volví a casa, me puse a meditar en aquellas sentidas y sabias palabras de Líder y Maestro Indígena, recordando que para ellos la palabra es sagrada; por consiguiente, con profundo valor religioso; concepto éste desconocido por nosotros o no usual entre nosotros actualmente. Ellos –a través de la palabra– sólo pueden decir la verdad. Por eso, cuando le ponían o le ponen el nombre a un lugar, no mienten ni imaginan, sino que estampan mediante la palabra las características más exactas del sitio, así: Suruvi'y, Ka'arẽndy, Jaguaretekua, Yvyhũndy o Jukyty. Por otro lado, la palabra solamente se pronuncia cuando es absolutamente necesario. El ñe'ẽngatu u orador es aquel que tiene el "don de la palabra"; en otros términos, es el "virtuoso de la palabra".
Precisamente, Cadogan en su Ayvu Rapyta nos evidencia el valor de la palabra, ya que luego que Ñande Ru Papa Tenonde asumió la forma humana...
«de la sabiduría contenida en su propia divinidad, y en virtud de su sabiduría creadora, Nuestro Padre El Primero concibió el origen del lenguaje humano. De la sabiduría contenida en su propia divinidad, y en virtud de su sabiduría creadora, creó nuestro Padre el fundamento del lenguaje humano (la palabra) e hizo que formara parte de su propia divinidad. Antes de existir la tierra, en medio de las tinieblas primigenias, antes de tenerse conocimiento de las cosas, creó aquello que sería el fundamento del lenguaje humano e hizo el verdadero Primer Padre que formara parte de su propia divinidad».
Por eso, la palabra es sagrada, porque la palabra es Dios y Dios es la palabra. En cada palabra se manifiesta Ñande Ru y no cualquier cosa. Ésa es la razón del porqué son poco habladores. Cosa que mucha gente "blanca" no conoce, al no conocerlos. Hasta hoy, aludiendo despectivamente al indígena, tratamos de ava a aquella persona tímida y "maleducada". Nada más lejos de la verdad. En realidad, los indígenas no hablan sencillamente porque respetan la palabra. Eso no significa que ellos sean maleducados, malos o poco sociables. Forma parte de su ñande reko.
2.3. El No'õvusu
Precisamente, una anécdota que suelo contar –y que ocurrió 20 años atrás con uno de los Maestros presentes en la jornada, cuando eso era Mburuvicha de su comunidad– es aquella en la cual, después de mucho insistir y sobretodo de habernos ganado su confianza, un día nos invitaron a participar de un no'õvusu, o asamblea de líderes o mburuvicha, una especie de "cumbre presidencial", donde tratan cuestiones de interés general. Es un encuentro privado, sólo reservado a ellos.
Llegamos al sitio, en la zona de Guajayvi (San Pedro) y nos ubicaron a más o menos 15 metros del opy o sitio de la reunión. Fuimos advertidos de que no debíamos acercarnos más, y también se nos dejó clara constancia de que el sólo hecho de participar como observadores, debía ser considerado por nosotros como un privilegio especial, que ellos nos concedían. Yendo al caso concreto, recuerdo que los líderes llegaron de grandes distancias, de a pie (15, 30, 50 y más kilómetros) para aquel no'õvusu. Estuvieron 11 en total. Nadie nos explicó cómo se avisaban para participar de estos encuentros ni porqué las reuniones se realizaban precisamente en dicho lugar.
En fín, el primer día, un martes, se sentaron en unos apyka puku jere, acompañados de sus mujeres y debidamente ataviados. Estuvieron todo el día sin decirse una sola palabra, absolutamente nada. Se levantaron del sitio solamente para comer o para cumplir sus necesidades. El día siguiente ocurrió lo mismo. Y el tercer día, como a la mediatarde, uno de ellos –el inspirado– se puso de pie y solamente pronunció tres palabras: “ko'áĝa ñañemitỹva'erã avati”. Después de escucharlo, todos se pusieron de pie y retornaron a sus comunidades. Imagínense, se reunieron tres días únicamente para escuchar tres palabras, palabras sagradas; o sea, la manifestación de Ñande Ru, al decir de Cadogan.
2.4. La idea de la perfección
Por otra parte, al ser capaces de concebir el Ñe'ẽngatu o palabras perfectas, podemos deducir que también interpretan lo que es la perfección o la plenitud, resumida en la raíz katu o ngatu. El concepto de la perfección es algo que les apasiona. Es su razón de ser. Basta recordar que en el Alto Parana y Kanindeju viven los Ava Guarani o Avakatu o Avakatuete (donde -ete es superlativo), es decir, personas perfectas o plenas.
Debemos aclarar que ellos –entre sí– se autodenominan de esa manera, y no aceptan la denominación de Ava Chiripa, nombre con el cual se los bautizó, desde afuera. Resulta claro que ellos no vienen a especular con aquello de que somos perfectibles o que debemos vivir procurando el camino de la perfección. Es por ello que los Avakatu o Ava Guarani están obligados moral y éticamente a practicar lo correcto, el error sólo puede ser una casualidad.
2.5. El error se puede subsanar
De lo mencionado en la parte final del párrafo anterior, se desprende la antigua tradición del tera'o o el cambio de nombre. Antes, debemos convenir que para el indígena todo está en el nombre. El nombre es lo máximo, es la persona. Por eso cuando cometen alguna imperfección –que no debe ser reiterada o cotidiana–, la tendencia social les obliga a –en una ceremonia– sacarse el nombre con el cual cometieron la imperfección y ponerse uno nuevo, sin manchas, que les garantice nuevamente su condición de avakatu.
Basado en esta tradición, Decoud Larrosa optó por la palabra tero (tera'o) para nombrar al sustantivo en guaraní, refiriéndose al sustantivo como la palabra esencial; que al igual que el nombre en los indígenas, es la esencia de la persona; es decir, el nombre es la persona misma.
2.6. El sabio Bertoni descrubre la sociedad de sus sueños y la describe en la Civilización Guarani
Proveniente de una familia liberal, Moisés Bertoni abrazó desde pequeño los principios de esa ideología política. Pero sus años en la universidad lo llevaron hacia otros rumbos. Aún ligado al ala izquierda del Partido Liberal, de la mano del geógrafo socialista francés Eliseo Reclus, el joven Moisés se adentró en las ideas del socialismo anárquico y por consejo de Reclus, Bertoni viajó a América a fundar una colonia donde poner a prueba las nuevas ideas sociales y políticas. Bertoni impregnó entonces su vida con las ideas proclamadas por los utopistas, quienes le hicieron ver a la sociedad que lo rodeaba como una sociedad corrupta que no ofrecía nada a sus hijos.
En 1882 partió hacia América, a la cual llegó después de 22 meses de viaje, concretamente a la Argentina. Allí entusiasmó al Presidente Julio Argentino Roca con su proyecto. Éste le concedió tierras en la actual Provincia de Misiones, a donde arribó en 1884. Tres años permanecieron en esa zona. Durante esos años se acentuaron los acosos por parte de varios interesados en las tierras concedidas a Bertoni.
Una noche –cuando incendiaron sus viviendas– los Bertoni se fugaron al Paraguay, llegando a Jaguarasapa (Itapúa), para –tiempo después– asentarse definitivamente en el actual Pto. Bertoni (Alto Parana), donde –poco a poco– Bertoni quedó sorprendido y maravillado de la cosmovisión y de la manera de vivir de sus vecinos, una comunidad Mby'a-Guarani. Conceptos como que la tierra, las plantas y los animales no tienen dueño (porque éste no es el final de la vida, sino el tránsito hacia otra); o el valor dado al desarrollo de las virtudes espiritules y morales (por sobre las materiales: esta sociedad no conocía el dinero, ni le importaba; tampoco conocía la compra-venta; ellos vivían y viven para "ser" no para "tener"); o el respeto a la naturaleza (no admitían la caza indiscriminada o la tala de bosques y plantas); o el concepto de la vida presente (por eso ko'ẽrõ es sólo una posibilidad, es "si amanece"); etc. Fueron pruebas de oro para Bertoni, en su afán de demostrar la factibilidad de una sociedad justa, solidaria y democrática. Inspirado en los Ava Mby'a, desarrolla sus valiosos y asombrosos estudios sobre la cultura guaraní, que se sintetiza con la publicación de La civilización Guaraní (1922).
Cabe destacar que Moisés Santiago Bertoni nació en 1857, en Lottigna (Suiza). En 1875, por presión de su padre, Ambrosio Bertoni, respetado abogado, Moisés ingresó a la Universidad de Ginebra a estudiar Derecho. Paralelamente, tomó cursos de clasificación botánica. Falleció el 19 de setiembre de 1929. A lo largo de sus 72 años, Moisés Bertoni realizó un total de 524 publicaciones, de las cuales 107 se editaron en Suiza, 28 en Argentina y 389 en el Paraguay. Bertoni –ilustre y sabio hombre de ciencia, reconocido internacionalmente– dedicó gran parte de su vida a promocionar, con profunda convicción, la cultura guaraní por considerarla el reflejo de la milenaria, justa, solidaria, democrática y evolucionante Civilización Guaraní.
3. Conclusión
A mediados de 2004, con la excusa de una supuesta propuesta, el MEC disponía, en principio, el uso obligatorio de libros escritos en el supuesto guaraní paraguayo o jehe'a, e iniciaba una campaña compulsiva de "capacitación docente", basada en dichos materiales. De esa manera se intentaba facilitar la vida a una criatura mal formada y mal parida. Sin embargo, gracias a la reacción ciudadana que expresó su rechazo masivo a ese despropósito del MEC, su aplicación no pasó de ser una propuesta. Pero se agregó una agresión más al guaraní, sumada a las varias ya sufridas; esta vez perpetrada por el mismísimo Ministerio de Educación. Además, quedan para el "recuerdo" una partida de libros mal impresos, como testimonio de la malversación de los fondos del Estado Paraguayo.
Definitivamente, el MEC no tiene derecho a degradar y corromper gratuitamente al guaraní, de la manera que lo viene haciendo. En todo caso, a ley pareja nadie se queja: Que haga lo mismo con el castellano; así, se enseñará guaraní-paraguayo y castellano-paraguayo, para que –a corto plazo– nos constituyamos en el hazmerreír de todos. Me ratifico en que el supuesto guaraní-paraguayo o jehe'a no es otra cosa que la fiel demostración de nuestra pereza lingüística e intelectual. El jehe'a es el sinónimo del vaivai y de la ley del menor esfuerzo. El jehe'a no es ni guaraní ni castellano. El jehe'a es el sinónimo de nuestra mediocridad. En el Paraguay que debemos cambiar todo es jehe'a, como la leche que nunca es pura (mitad leche, mitad agua). Pese a ello, el MEC optó por el jehe'a, demostrando con ello la ausencia de una verdadera intención de mejorar socialmente.
En síntesis, el jehe'a es más de lo mismo, y digo esto porque –más allá de los buenos propósitos de la Reforma Educativa– nuestra educación no ha mejorado. Sin embargo, todavía estamos a tiempo, por lo que deberíamos empezar por reordenar la enseñanza bilingüe, sustituyendo a ese efecto la enseñanza del jehe'a por la correcta enseñanza del guaraní, solamente así –gradual y progresivamente– podremos aprender lo que éticamente es correcto, académico y científico; y construiremos el país en serio, que todos queremos. Sin dudas, el guaraní puede ayudarnos extraordinariamente a lograr ese ideal elevado; es por eso que la enseñanza del guaraní no debe apreciarse como "un simple proyecto educativo para aprender un idioma"; sino que, debe ser considerado como el instrumento político que cooperará en el fortalecimiento socioeconómico y cultural del país. Un país como el nuestro reducido al tercermundismo, sumido en la ignorancia y la miseria, sólo podrá transitar hacia el desarrollo y la democracia, mediante el guaraní. No existe otro camino.
Nuestras reflexiones sobre el valor de la palabra entre sus verdaderos dueños: los Guarani; y por otra parte, en la experiencia de un ciudadano universal: Moisés Bertoni; pueden ayudarnos a visualizar claramente por qué es imperativo cuidar la lexicología de nuestro avañe'ẽ y no caer en el jehe'a que el Ministerio de Educación presentó como guaraní. Hoy –que mucha gente estudia y manifiesta su aprecio hacia el guaraní– debemos redoblar esfuerzos para fortalecer su difusión correcta y científica.
Pese a todo, creo que el guaraní hoy está fuerte y rejuvenecido, no sólo en nuestro país; sino que, forma parte del interés de prestigiosas universidades y centros de investigación del mundo; asimismo, ya ganó varios sitios en internet, herramienta poderosa para la promoción y el fortalecimiento de la cultura a nivel universal. Finalmente, y que quede claro, siempre debemos analizar e interpretar a la lengua guaraní a partir de la propia cultura guaraní, caso contrario sólo colaboraríamos en su progresiva, injustificable e imperdonable degeneración.

[*] Miembro del Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní. Profesor y Licenciado en Lengua Guaraní. Docente universitario. Escritor bilingüe. Traductor público. Correo: david@skytel.com.py (particular).
Transcripto con autorización del autor - www.guaranirenda.com - 2005

Bertoni y los Mbya. extraído de www.guaranirenda.com

· 1857 15 de junio. Nace Moisés Santiago Bertoni, hijo de Josefina Torreani, maestra de Milán (Italia), y de Ambrosio Bertoni, abogado, notable jurisconsulto, funcionario y político de Tessin (Suiza).
· 1874 Funda en colaboración con su madre el primer observatorio meteorológico de su pueblo natal, iniciando una serie de estudios y observaciones que ocuparon su interés durante toda su vida.
· 1875 Inicia sus estudios de Derecho y Ciencias Naturales en la Universidad de Ginebra. Al año siguiente se matricula en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zurich.
· 1882 Aparece su primera publicación científica, Revista Científica Svizzera. Recibe el encargo del Gobierno Federal Suizo de reorganizar la red meteorológica de su país.
· 1883 Se embarca hacia América. Llega a Buenos Aires. El Presidente de la República Argentina, Gral. Roca, lo recibe y le facilita los medios para el viaje y para su colonización en el territorio de Misiones. Llega a Santa Ana y comienza sus trabajos experimentales de agricultura botánica, zoología, meteorología, etnografía, etc.
· 1887 Parte de Santa Ana y se establece en la ribera opuesta del Paraná, en Yaguarazapá (Paraguay)
· 1894 Funda sobre la ribera del Paraná la Colonia Guillermo Tell, hoy Puerto Bertoni, donde tiene amplio campo para sus estudios y experimentos.
· 1896 El presidente de la República del Paraguay, Gral. Egusquiza, lo llama para fundar la Escuela Nacional de Agricultura, en Asunción, y la dirige durante neve años.
· 1903 Organiza la Sociedad Nacional de Agricultura.
· 1905 Asiste como Delegado del Gobierno Paraguayo al Tercer Congreso Científico Latinoamericano de Río de Janeiro, donde presentó el primer trabajo sobre “Geología del Paraguay” y dos nuevos aparatos meteorológicos por él inventados: un drosómetro y un fitotermómetro.
· 1910 Concurre, comisionado por el Gobierno Paraguayo, a la Exposición Internacional de Buenos Aires, donde obtiene medallas y diplomas. Ese mismo año representa al Paraguay en el Congreso Internacional Americanista que se celebra en la Capital Argentina.
· 1914 Llamado por el Presidente de la República del Paraguay, ocupa la Dirección de Agricultura.
· 1918 Instala en Puerto Bertoni una imprenta propia a la que llama “Ex Sylvis”. La utiliza para publicar su extensa obra escrita, de la cual quedó inédita una gran parte.
· 1922 Concurre como delegado de la República del Paraguay al Congreso Científico Internacional Americanista en Río de Janeiro, en el que presentó importantes trabajos sobre antropología y Etnografía Guaraní.
· 1929 19 de setiembre. A la edad de 72 años, muere en la ciudad de Foz de Yguazú (Brasil), a causa del paludismo, sin tener noticias de la muerte de su esposa, Eugenia Rossetti, ocurrida tres semanas antes en la ciudad de Encarnación (Paraguay).Al día siguiente es regresado a Puerto Bertoni, donde descansa debajo de los grandes árboles, muy próximo a su lugar de trabajo, su escritorio y a las tumbas de su madre, la Nonna Peppina y su hijo Linneo Carlos.
Indígenas
LOS MBYA Y MOISÉS BERTONIBeate Lehner
En el Departamento de Alto Paraná, Distrito de Pte. Franco se encuentra la Comunidad Mbya Pto. Bertoni, una comunidad mbya como otras muchas, que luchan para mantener su propia cultura, el mbyareko y para recuperar un espacio geográfico en donde ser, el tekoha, en medio de un sin fin de situaciones adversas.
Pero hay una diferencia significativa entre la Comunidad Mbya Pto. Bertoni y las demás comunidades: La Comunidad Pto. Bertoni fue fundada por los descendientes de los peones mbya que trabajan para Moisés Bertoni.
Los progenitores de los Mbya de Pto. Bertoni, aunque siempre mantenían un relacionamiento estrecho con sus tekoha de origen sobre los Ríos Monday y Akaray, se asentaron con sus familias en los bosques cercanos a las casas de los Bertoni, formando ahí sus propios tapyi, un tekoha mbya nuevo, pero arraigado en el mbyareko.
Entre los peones mbya y la familia Bertoni se desarrolló una relación especial que se caracterizaba por la mutua confianza y que se manifestaba en el apego que mostraron los peones y sus familias hacia la familia Bertoni.
Bertoni era un buen patrón, él y su esposa se preocupaban por el bienestar de sus peones mbya y, más aún, Bertoni demostraba una sensibilidad e interés hacia el modo de ser y la cultura mbya que era completamente inusual para su época y lo es, para un patrón, hasta hoy.

La Utopía de BertoniPara entender de donde provenía esta sensibilidad e interés de Bertoni por los Mbya, hay que hablar brevemente de las ideas e ideales que trajeron a Bertoni al Paraguay y asimismo de su obra, tema que los autores del libro, aquí presentado, analizan en forma extensiva: Los Mbya viven una cultura que se asemeja a la utopía social de Bertoni, que él desarrolló, en sus rasgos generales, ya en Europa: Una vida comunitaria de ayuda y apoyo mutuo en base a la agricultura, la ausencia de una estratificación económica y la ausencia del Estado.
Así, el contacto entre los Mbya y Bertoni tuvo una influencia importante sobre la obra de Bertoni, influencia que es visible, sobre todo, en la “Civilización Guaraní”.
Sin embargo y a pesar de la información recibida de los Mbya, Bertoni construye en esta obra una imagen que excluye todo rasgo de la cultura guaraní que no coincide con sus ideales o lo atribuye a influencias de otras culturas indígenas, culturas primitivas, según su entender.
Además Bertoni se mantenía totalmente dentro de los conceptos integracionistas, vigentes en la época. El pregonaba la asimilación de los Mbya a la población paraguaya mediante su reducción y su evangelización.
Ante las ideas desarrolladas por Bertoni, tenemos que preguntarnos si Bertoni realmente entró una vez en un diálogo de igual a igual con sus peones mbya. Tanto la imposición de la imagen de una cultura guaraní ideal, como la insistencia en la reducción y evangelización de los Mbya, nos hace dudar de eso y, más bien, sospechamos que Bertoni, para los Mbya, nunca fue más que un patrón, a quien nunca se hablaba de los conceptos fundamentales de la cultura Mbya.

El buen patrón BertoniAunque los Mbya apreciaban el buen trato que le brindaba Bertoni, hay que resaltar que la relación de peon-patrón no fue una relación que los Mbya habían buscado por su propia voluntad, sino que era una relación que les fue impuesta por la creciente presión sobre sus territorios por parte de la sociedad blanca, por el inicio de la colonización de los bosques del Paraguay Oriental.
Las décadas que vivía Bertoni en el Paraguay, de 1887 hasta su muerte en 1929, eran una época de grandes cambios, cambios negativos, en su mayoría, para los Mbya. Las secuelas de la Guerra Grande, la intensificación de la explotación de la Yerba Mate y de la madera y grandes epidemias devastadoras anunciaron a los Mbya el fin del mundo, por lo menos el fin del mundo Mbya que habían conocido, el fin de la vida recluida y apartada en sus grandes bosques, la vida que habían defendido por siglos con las armas en mano.
Muchos tapyi mbya se encaminaron a la búsqueda de la Tierra sin Mal, en un viaje real y mística hacia el oriente y el mar, abandonando el Paraguay. Los tapyi que decidieron quedarse en sus tierras ancestrales, tuvieron que aceptar el trato con el nuevo mundo que les venía encima, un trato que, sin embargo, siempre y hasta hoy, busca la sobrevivencia del modo de ser mbya, del mbyareko, ante la nueva realidad impuesta.
El primer paso de los Mbya hacia el relacionamiento pacífico con la sociedad blanca fue la aceptación del trabajo asalariado, la changa, para los patrones blancos, entre ellos Bertoni. La razón principal de los Mbya para dar este paso, era la búsqueda de protección ante la masiva incursión de las empresas yerbateras a sus tierras, pero también jugó un papel importante la atracción por los bienes de los blancos, sobre todo las herramientas de hierro.
Como vemos, para los Mbya el rol de Bertoni era, sobre todo y en primera línea, protegerlos contra los abusos y atropellos de los otros blancos y en contraparte ellos trabajan en sus chacras y le daban eventualmente informaciones que él necesitaba.
De esta forma, los Mbya hicieron con Bertoni un contrato informal de apoyo y ayuda mutua, contrato que Bertoni obviamente cumplía con cabalidad, aunque no sabemos si él supo interpretar las intenciones de los Mbya en este sentido.
Hace décadas, sin embargo, terminó para los Mbya y los demás indígenas esta época, en donde la relación con un patrón significaba cierta seguridad y cierta garantía para una vida tranquila de los tapyi.
Desde luego, los patrones no cumplieron con los contratos de ayuda mutua como lo entendían los Mbya. Nunca fue eso su intención y cuando comenzó, en los años 60, la destrucción y colonización de los bosques del Paraguay, los patrones, entre ellos también la familia Bertoni, vendieron los bosques de los Mbya, con ellos adentro, a las nuevas empresas agropecuarias y proyectos de colonización, sin preocuparse en lo mínimo por la suerte de los Mbya.
La Comunidad Mbya Pto. Bertoni está luchando hoy para la recuperación de sus tierras vendidas y devastadas, en su propio derecho, un ente jurídico y territorial amparado por la Constitución Nacional, y ya no depende de ningún patrón, bueno o malo, para hacer valer su derecho.
Pero de vez en cuando, los viejos y las viejas mbya recuerdan, con ciertas nostalgias, los tiempos antiguos con Bertoni, el buen patrón. www.guaranirenda.com - 2005

No Tempo dos Jesuitas- Kexuita Ara-wa'ekwe

JOÃO JOSÉ DE FÉLIX PEREIRA














KEXUITA ARA WA’EKWE
NO TEMPO DOS JESUÍTAS


























CURITIBA
Outubro de 2005




SUMÁRIO

1 INTRODUÇÃO.................................................................................................3

2 MBORAYU: O SINAL GUARANI ............................................................... 4

3 ÑANDE REKO: A MANEIRA DE SER GUARANI ....................................8

4 RETE: IMAGEM E SEMELHANÇA DE ÑAMANDU ..............................12

5 PAJE : O SACERDOTE GUARANI ............................................................14

6 OPA: O FIM ...................................................................................................16

7 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS (Nb) ...............................................................19

8 BIBLIOGRAFIA ............................................................................................22


































1 INTRODUÇÃO

A literatura sobre a cultura Guarani é relativamente muito abundante. Pode-se ter uma idéia disso ao se percorrer as notas bibliográficas (nb) e a bibliografia no final deste ensaio.
Os Guarani[1] despertaram nos estudiosos da Europa, quase desde os primeiros contatos um interesse bastante apaixonado.
De começo, fica-se surpreendido e desconcertado pela leitura dos escritos a respeito dos Guarani. Em quase todos, mesmo em obras de caráter metódico, como a Relación Historial de las Missiones (1726), do padre Juan Hernandes, o maravilhoso surge a cada passo. Tudo é cândido, santo, sublime ou, no plano temporal, modesto, mesmo digno de comiseração.
Como veremos, nessa literatura, somos introduzidos num mundo de aparência legendária, num mundo irreal, inconsistente, situado fora do tempo e do espaço. A vida dos Guarani escapa. Séculos de uma vida religiosa rica e complexa transcorre e nada muda, continuam sendo, sempre, os primitivos mais puros.
O desafio neste estudo que apresento é o de ressaltar a experiência religiosa dos Guarani que perpassa através dessa vasta literatura que aborda o período de convívio dos Guarani com o cristianismo trazido da Europa em 1516[2] e que perdurou até 1895[3], com a chegada dos salesianos. Nesse período os Guarani estiveram aliados ao Kexuita[4].







2 MBORAYU: O SINAL GUARANI

O Mborayu, a maneira de amar, é a raiz; o Ñande Reko, a forma de viver, é o fruto. Um não pode existir sem o outro, mas um é a causa e o outro é o efeito. Ou seja, a maneira de amar a vida, modela a forma de viver a vida.
O Ñande Reko não pode existir sem o Mborayu. Porém, o Ñande Reko só deixa de existir para alguém que deixa de ser Guarani. O Ñande Reko é toda a existência Guarani; é o que os faz ser Guarani, é a maneira Guarani de viver no Ñamandu Mborayu’guy, no amor de Deus, sem o Mborayu a vida para o Guarani perde o sentido, e então, o Ñande Reko deixa de existir.
O Kexuita veio para Pindo Retama, a terra Guarani, como missionários de Jesus Cristo, e encontraram aqui discípulos de Kexu Krito[5]. Acredito que houve aí um enriquecimento mútuo. Conforme destacou Jonh Stott: “quanto mais pobre é a nossa visão de Cristo, mais pobre será nosso discipulado. Quanto mais brilhante e rica for nossa visão de cristão, mais rico será o nosso discipulado”(nb2).
Sobre a forma como o Mborayu se manifestou entre os Guarani, Clovis Lugon nos diz o seguinte: “o sinal por excelência, que deve permitir discernirem-se os verdadeiros discípulos de Cristo, é o amor fraternal. Ele manifestou-se por assim dizer, de um modo permanente”(nb3). Muratori os compara com os primeiros cristãos: “Os neófitos vivem entre si como bons irmãos, e poder-se-ia aplicar-lhes perfeitamente o que a Escritura diz dos primeiros cristãos. Todos os que acreditavam em Jesus Cristo só tinham um coração e uma alma. Um homicídio é uma coisa inaudita, até o presente, nos povoados cristãos do Paraguai[6]. A discórdia raramente ocorre. Nunca se assistiu a processos ou querelas. O meu e o teu nem sequer são conhecidos entre eles (nb4).” A solidariedade fraterna era mais forte do que a previdência individual e fazia florir a virtude da imprevidência. Obtinha-se, além disso, uma segurança superior. Em espírito de caridade e de penitência, os Guarani ofereciam muitas vezes horas suplementares de trabalho: “ Todos, ou quase todos, levam o desprendimento dos bens da terra até onde lhes é possível, com o socorro da graça. Nada possuem que não estejam dispostos a sacrificar, um dia, para aliviarem as necessidades dos outros (nb5).”
O auxílio não se dava somente de indivíduo para indivíduo ou de família para família, mas de grupamentos inteiros entre si, a ajuda mútua de redução para redução exercia-se também como um ato de amizade. Não era somente administrativa. “Se os habitantes de um povoado tinham uma colheita má, nas reduções vizinhas apressavam-se a levar-lhe alívio... Dão-lhe com que subsistirem comodamente até o ano seguinte e com que semearem suas terras” (nb6). Lugon relata que: “Quando da fundação de S. João, na margem esquerda do Uruguai, todas as reduções vizinhas ofereceram seus serviços e enviaram contingentes de homens, bois e cavalos para ajudarem nos trabalhos” (nb7).
Os Guarani, não sem dificuldades, exerceram ações missionárias, pois muitas vezes a língua, os costumes e o caráter dos povos onde exerciam a sua ação nada tinham em comum com eles. É sobretudo por seu zelo missionário que o nível de caridade cristã dos guarani se revela: “Não há afrontas nem maus tratos a que eles não se exponham voluntariamente, na esperança de converterem um infiel. Quando conseguem convencer alguém a visitar uma redução, ele é recebido com todos os testemunhos da mais viva e sensível alegria. Quabto mais ele parece desprovido de humanidade, mais o acarinham. Alojam-no, alimentam-no, vestem-no, cada um oferece-lhe o que tem de melhor. Ensinam-lhe a doutrina cristã e as orações da Igreja. E quando, a seguir, ele se decide a abraçar a fé, é alvo de júbilo público, a que ninguém, no povoado, se conserva insensível” (nb8).
Como os primeiros discípulos de Kexu Krito, muitas vezes os Guarani ofertaram a própria vida pela causa que abraçaram. Os Guarani partiam sozinhos em missão. “Após terem-se munido e fortalecido com a Sagrada Eucaristia, após terem recebido a benção e os conselhos do seu missionário, metiam-se alegremente a caminho... Entravam em todas as habitações índias que encontravam. Davam a conhecer aos infiéis a felicidade que se goza ao serviço do verdadeiro Deus e o prazer que existe vivendo em sociedade. Explicavam, seguidamente, os principais artigos da doutrina evangélica... com o mesmo espírito apostólico, certo cacique ocupava-se na tradução das prédicas e sermões, a fim de facilitar aos novos missionários o exercício, o mais depressa possível, das funções do mistério evangélico. Duas reduções foram fundadas graças a outro cacique, impregnado de espírito apostólico e que não cessava de percorrer todo um cantão com sua mulher, também batizada há pouco tempo. O cacique Francisco Arayaz, de S. Tomé, empreendia também, anualmente, uma proveitosa excursão. Verdadeiramente, o zelo exercia-se de um modo quase incrível e que tinha algo de prodigioso” (nb9). As conquistas têm seu preço. “Muitos desses apóstolos neófitos conheceram a ventura de derramar o seu sangue por Kexu Krito, e as notícias de tais mortes só excitavam, entre seus irmãos, uma santa emulação pelo martírio. Em 1726, o Padre Hernan escrevia: ‘Contamos já com cem mártires da caridade, que deram suas vidas para a conversão dos pagãos’.Trinta Guarani foram massacrados de uma só vez pelos paiaguás, com os padres Marco e Silva. Os nomes dos mártires Guarani parece, infelizmente, não terem sido transmitidos tão fielmente quanto teria sido possível e justo” (nb10).
Para os Guarani o Ñande Reko sempre foi a regra da vida e a presença de Ñamandu nunca é perdida de vista. Curioso é o porque de tanta admiração por parte do Kexuita e dos juruá, dos visitantes a esse respeito.
Lugon diz que: “o recolhimento dos Guarani, quando na igreja, testemunha também a qualidade de sua devoção”(nb11). Diz o Padre Peramas: “Percorri uma grande parte da Europa e da América, mas em nenhuma parte observei um recolhimento tão profundo na igreja”(nb12). O Padre Sepp fazia parte de uma equipe de novos missionários que foi recebida solenemente em Yapeyu, em 1691. Conta ele que as mulheres se encontravam, à chegada do cortejo, prosternadas diante do Santo Sacramento. “Nenhum se voltou ou olhou para o lado. Dir-se-ia mais estarmos na presença de anjos que de seres humanos”(nb13).
O tempo de labor não era diferente do tempo de oração mesmo no trabalho e na vida cotidiana, persistia certo recolhimento. Muratori fala do: “feliz hábito que eles contraíram de jamais perder de vista, por assim dizer, a presença de Deus e os deveres da religião. A religião não estava separada da vida. Era a regra da vida”(nb14).
Curiosa também, foi a abordagem que o filósofo francês Raynal teve do Aty, o culto, conforme foi denominado, ou missa.Raynal escreveu na sua Histoire Philosophique dês Deux Indes: “Os jesuítas tornaram o culto agradável, sem o converter numa comédia indecente. Uma música que agrada ao coração, cânticos comoventes, pinturas que falam aos olhos, a majestade das cerimônias, atraem os índios para as igrejas, onde o prazer se confunde com a devoção”(nb15).
Também, não foi bem compreendido por Charlevoix o dispêndio de tempo e trabalho na ornamentação do Opy, do templo Guarani, ele se refere a esse esmero da seguinte maneira: “flores recém-colhidas ornavam os altares durante o ano inteiro. Folhagens e guirlandas de flores naturais cobriam as paredes e enrolavam-se nas colunas. Nos dias mais solenes queimam-se perfumes, rega-se o pavimento com águas aromatizadas” e acrescenta: “Isto nada custa, porque existe neste país verdura e flores durante o ano todo; além de que os índios gostam muito dos bons aromas”(nb16).
A descrição dada, nas Lettres Edifiantes e por Muratori, foi resumida por Charlevoix, sobre um Guata Porã, ou procissão do Santo Sacramento: “Todas as ruas estão cobertas de toldos bem trabalhados e separados por guirlandas, festões e tapetes de verdura, em belíssima simetria. De espaço a espaço, vêem-se leões e tigres presos a fortes correntes, para que não perturbem a festa, e belos peixes que brincam em grandes tanques repletos de água. Numa palavra, todas as espécies de criaturas vivas a ela assistem como por deputação, afim de renderem homenagem ao Homem-Deus em Seu augusto sacramento e reconhecerem o soberano domínio que Seu Pai lhe conferiu sobre todas as criaturas animadas. Por onde quer que a procissão passe a terra esta coberta de esteiras e juncada de flores e ervas aromáticas. O canto dos pássaros, o rugido dos leões, o rosnar dos tigres, as vozes dos músicos, o canto coral dos agrupamentos vocais, tudo se faz ouvir sem confusão e forma um concerto que é único. Mas, por impressionante que seja esse espetáculo, a piedade, a modéstia, o respeito, a devoção, o ar de santidade que se espalha em todos os rostos, constituem o maior destaque da cerimônia, e o triunfo do Salvador do Mundo em parte alguma é mais completo que neste país selvagem onde o seu nome era desconhecido há menos de um século”(nb17).
Nessa afirmação final Charlevoix esteve totalmente equivocado, o nome de Kexu Krito, da maneira como o kexuita o pronunciava era desconhecido, mas não da maneira como o Awara ensinou, conforme veremos no capítulo seguinte. Por outro lado o país não era selvagem no sentido da barbárie, mas no sentido do equilíbrio da flora e da fauna e somente por esses pequenos detalhes que Charlevoix não considerou é que o triunfo do Salvador do Mundo em parte alguma foi mais completo que neste país “selvagem”.


3 ÑANDE REKO: A MANEIRA DE SER GUARANI

Os Kexuita enriqueceram muito o Ñande Reko , porém o Ñande Reko os precedeu, precedeu mesmo a Xume, o Awara que os tornou discípulos de Kexu Krito, porque o primeiro Mboruwyxawete foi o Ta’mandu’are, foi ele quem instaurou o Ñande Reko que nasceu, após o dilúvio. Foi Ta’mandu’are que ensinou aos Guarani a não terem vergonha da nudez porque rete, o corpo humano, é a imagem e semelhança de Ñamandu; ele também ensinou sobre Ywy’marã’hey, a terra sem mal, aonde viviam nossos primeiros pais, foi ele também quem ascendeu o primeiro fogo, tata porã e fez a primeira dança, jeroky e o primeiro canto, mborai, para celebrar o seu prazer de viver em Ñamandu após ser salvo por ele no dilúvio.
Xume ensinou sobre a trindade e sobre o Kexu Krito mborayu’guy, o amor de Kexu Krito, que é o novo sendero para Ywy’mara’hey, que instaura Ara Pyau, o novo tempo, que irrompe de Ara Wa’ekwe, o velho tempo, também foi Xume que ensinou a medicina do pety, o fumo Guarani e o Kaayu, o chá de erva-mate, remédios para os males do corpo e do espírito.
Clovis Lugon aborda esse tema de uma forma muito bizarra, ele diz: “O velho profeta dos Guarani, Tamamduaré, grande amigo de Deus, fora advertido do dilúvio iminente. Com algumas famílias, refugiara-se no alto de uma grande palmeira, providencialmente carregada de frutos. Assim sobrevivera... Muitas outras tradições Guarani apresentavam analogias com os dados bíblicos. A crença na imortalidade era quase geral, sob diversas formas. A noção de pecado original existia de modo mais ou menos claro. Uma vez instruídos na religião cristã, os neófitos passaram a dar melhor expressão às suas anteriores idéias religiosas. Muitos pontos imprecisos ou não-formulados definiram-se”(nb18). Cherlevoix menciona, baseado no testemunho dos primeiros missionários: “a Trindade, a Encarnação do Filho e a virgindade de sua mãe, a Ascensão do profeta que, por fim, se identificava com o sol. Se não huvesse tão grande distância entre ele e nós poderíamos distinguir no sol os traços de sua fisionomia”(nb19).
A existência dessas crenças explicava-se, aos olhos dos missionários, por uma tradição encontrada no Paraguai e no Brasil, e transmitida pelo Padre Montoya: “a América teria sido evangelizada por um dos doze discípulos de Jesus, Tomé, Pay Tuma ou Zuma, também chamado Pay Abara, isto é, Pai que vive no celibato. Pay Tuma predissera aos seus fiéis índios que os seus descendentes abandonariam a verdadeira fé, mas que, passados muitos séculos, novos enviados chegariam, armados de uma cruz semelhante aquela que ele levava consigo. Na região de Tuyati, os primeiros missionários, levando uma cruz como bordão, foram recebidos, com efeito, em nome de Pay Abara com extraordinária alegria, que os encheu de surpresa. Existe um grande caminho que conduz do Brasil até o Guairá, o qual, embora muito pouco percorrido, nunca se cobre senão de poucas pequenas ervas, e os naturais da região dão-lhe o nome de Pay Tuma. S. Tomé, o incrédulo, teria sido, assim, o primeiro a acreditar na existência da América. Pura lenda? É permitido que assim se pense. Curiosa lenda, de qualquer modo. Após ter citado os testemunhos preciosos de caciques pagãos e de jesuítas como Cataldino e Maceta, Montoya e Mendonza, Charlevoix conclui que a coisa não parecia mais fácil de refutar que de provar”(nb20).
Os Guarani tratavam com humor a idiossincrasia do Kexuita, como na sua incompreensão de que o Tata Porã, o fogo, era sagrado e importante no cozimento dos alimentos, no abrigo do frio e na iluminação dos ambientes, ou seja, era um símbolo do bem. Então eles achavam engraçado o Kexuita coloca-lo como um símbolo do mal, como nesse relato de Muratori: “Os Guarani incultos do primeiro período não manifestavam, evidentemente, um interesse ardente pelas verdades da fé ensinadas teoricamente. Por outro lado, esses índios, de que nos louvavam a simplicidade de espírito e a ingenuidade, não eram assim propensos à credulidade. Quando os padres falavam no fogo do inferno, eles respondiam calmamente que encontrariam com certeza um meio de extingui-lo, ou então diziam: - Assim não terei mais frio!”(nb21).
Por outro lado vemos muitas vezes o Kexuita assimilando costumes Guarani, como por exemplo o do cultivo do fumo. Lugon nos diz que: “o ex-jesuíta Ibañez queixava-se de que os seus antigos confrades não falavam senão de vacas, cortumes e plantações de fumo”(nb22).
Muitos mitos Guarani têm correspondência em textos bíblicos, como por exemplo o dilúvio. Muitas vezes os Guarani ao representarem e dançarem os seus mitos, não foram distinguidos de representarem mitos Kexuita. Fica evidente essa analogia nesta observação de C. Lugon, onde ele diz que: “Representavam-se narrativas bíblicas, guaranizando completamente o estilo e as personagens. O povo participava intensamente no jogo de cena. Para ele era mais do que teatro. Era o mundo dos espíritos tornado vivo e sensível, com um grande papel, sobretudo nas danças alegóricas”(nb23).
Outro relato importante que nos apresenta Lugon descreve um domingo em Pindo Retama. Ele nos diz que: “Nos domingos à tarde, quando não havia representação, divertiam-se organizando jogos, dançando, “mas os homens dançavam sós” (nb24), diz Muratori: “Não sei se as mulheres também dançam”(nb25). Os melhores cavalheiros exibem-se em concursos acrobáticos. Os jovens organizam corridas sobre andas com seis côvados de altura; outros passeavam sobre a corda fixa, distinguiam-se nos jogos de argolas, ou executavam as danças mais complicadas. O jogo de bola recebia todos os favores. Os Guarani foram, de resto, inventores do futebol. Cardiel observa que: “as suas bolas eram de borracha e muito mais elásticas do que as bolas da Europa. Em vez de lançarem a bola com as mãos, jogavam-na com os pés. Até os velhos se apaixonavam pelos espetáculos esportivos. Acompanhavam o seu desenrolar fumando cachimbo, mascando fumo ou tomado rapé” (nb26).
Sobre o adestramento militar, Lugon diz que: “o tiro com arco era o esporte favorito das crianças, um esporte nacional de antigas tradições e um meio de defesa militar. Os Guarani conservaram sempre formações de arqueiros. A caça como o laço também não tinha segredos para os índios (nb27). Diz Muratori: “O que é quase inacreditável, é que os índios apanham da mesma maneira (com laço) os animais de maior ferocidade” (nb28).
Com relação ao matrimônio, os próprios Kexuita testemunharam a permanência do sistema matriarcal, assim como da opção por ser Arandu, Awara, ou seja da opção pelo celibato, mesmo entre casais.
O padre Sepp conta que: “Pelo menos em sua redução, as moças tomavam mais frequentemente a iniciativa. Em Yapeyu, fora admitido o costume de, quando uma menina-moça se sentia atraída por um rapaz, ela ia falar com o padre para obter o seu apoio. O padre convocava então o jovem. ‘Estás contente?’ – perguntava-lhe o sacerdote. Se o jovem respondia Nay (sim), o padre inscrevia-o na lista dos próximos casamentos. Segundo outro costume, a mãe da moça dirigia-se primeiro a mãe do rapaz. A seguir, os dois jovens eram consultados. Se ambos respondiam nay, o contrato ficava virtualmente concluído. Na verdade, essas diligências rituais ou oficiais não faziam, por via de regra, senão sagrar os sentimentos já confessados e jurados. O pároco convocava, entretanto, os noivos à parte para certificar-se de que ambos agiam livremente, e não houvera pressão por parte dos pais ou de um alcaide. Todos os anos se apresentavam um ou dois casos em que o interessado declarava que o impeliam para o noivado, mas que este não era de seu gosto. O padre assegurava ao noivo contrariado, ou a noiva à força, a sua proteção contra todos os eventuais dissabores” (nb29).
As mulheres sempre tiveram autonomia entre os Guarani, desde a mais remota antiguidade, e continuaram a ter nas reduções, conta-se que: “Na recepção ao Padre Sepp uma mulher pronunciou na igreja, em seguida ao corregedor, um discurso de boas-vindas composto por ela mesma, muito bem pensado e proferido com a maior naturalidade, na presença de toda a população. Nas oficinas de tecelagem, assim como nos campos, as turmas de mulheres eram dirigidas por mulheres, que elas tinham livremente eleito. Recorde-se que o seu trabalho nos campos quase se limitava à colheita do algodão. Os cemitérios eram inteiramente deixados aos cuidados das mulheres, que os conservavam o ano todo com o aspecto de um magnífico jardim de flores. Os padres organizavam também para as moças conferências sobre educação, que obtinham o mais vivo sucesso de curiosidade e interesse, mas cujos resultados não satisfaziam aos jesuítas. Estes, queixavam-se com freqüência, da incapacidade das mães guarani para exerceram, em relação aos filhos, a mínima severidade, mesmo em palavras. O amor dessas boas mães, indulgentes demais aos olhos dos pedagogos entendidos em método, nem por isso produzia menos efeitos positivos: os autores estão de acordo em descrever a vida de família dos neófitos como extremamente calorosa e cordial” (nb30).
Todavia foi mantida a opção do celibato para os que desejavam ser Arandu. O padre Montoya conta que na noite de seu casamento, um jovem da congregação disse a sua esposa, donzela devota e igualmente muito pura: “Quero que saibas ser meu desejo conservar a perfeita castidade do meu corpo, para que a minha alma se conserve também pura ... Se aceitas que vivamos até ao fim de nossas vidas como castos irmãos, isto será para mim a maior prova de que me amas ... Pense bem. Esta vida é breve, a outra vida é eterna. As alegrias carnais são passageiras, suas penas infinitas. E se o casamento é permitido e bom, melhor ainda, disseram-nos os padres, é viver na virgindade. Eu sei bem que os padres nos pregam a todos que a nossa perfeição se encontra no casamento, que apazigua o apetite dos prazeres ... Agora estamos casados perante o mundo, mas no nosso segredo seremos irmão e irmã” (nb31). A donzela declarou então que os sentimentos assim expressos também eram os seus. Ambos viveram na virgindade, sem que pessoa alguma suspeitasse disso.

4 RETE: A IMAGEM E SEMELHANÇA DE ÑAMAMDU

Rete é o corpo, feito de Retã, a terra, à imagem e semelhança de Ñamandu, de Deus.
Foi difícil para os Guarani entenderem porque que o Kexuita tinha vergonha do corpo, porque proibia a nudez, porque fazia tanta questão das roupas mesmo em dias quentes. E o Kexuita adornou o Guarani com roupas muito ricas, para que deixassem as suas singelas, mas para o Kexuita despudoradas, roupas de algodão. Segundo os Kexuita, nossos primeiros pais andavam nus, depois se vestiram com túnicas de peles, que o próprio Ñamandu fez para eles, parece que no paraíso não se precisava de muita roupa.
Lugon diz que: “Sem se vestirem luxuosamente, nem com grande apuro, os Guarani apresentavam-se melhor do que a maioria dos espanhóis das colônias vizinhas. Não seria possível descobrir em parte alguma uma só pessoa andrajosa”(nb32).
Muratori nos diz que: “Havia em cada redução um primeiro sacristão e dois outros que lhe estavam subordinados, seis coadjuvantes que envergavam cabeção e longo hábito, com a cauda arrastando três ou quatro palmos, à maneira dos sacerdotes espanhóis” (nb33).
Muratori ainda nos diz que: “As crianças, ao som de uma orquestra de trinta a quarenta instrumentos, executavam suas danças até diante do altar. Trajando roupas preciosas, em seda e ouro” (nb34).O Kexuita trouxe a oposição entre o corpo desnudo e o corpo vestido.
Em Gênesis, no capítulo três, temos Adão e Eva desnudos enquanto puros, e envergonhados de si, e buscando esconderem o seu corpo após o pecado. Compreendendo que Kexu Krito nos livrou de todo o pecado, então não precisamos mais nos envergonhar do próprio corpo.
Certamente haviam inimagináveis espécies de frutos no paraíso, comer o fruto interditado era desnecessário. O desejo do que era desnecessário nos fez perder a noção do que era necessário, e desnecessariamente nossos pais se cobriram com folhas de parreira porque desnecessariamente sentiram vergonha. Então surgiram as necessidades desnecessárias (cf. Mt 6.8).
O homem e a mulher foram guiados pela cobiça, pelo desejo do desnecessário, do proibido. E então se envergonharam um do outro, porque descobriram que seus olhos eram cobiçosos, que eram olhos adulterados pela loucura do desejo. Perderam de vista o necessário: o amor. Perderam o paraíso.
O pecado não está no corpo desnudo mas no olhar adúltero.
Nossos pais Adão e Eva nos legaram esse grande ensinamento: que não devemos cobiçar o que Deus não nos dá. Nossos pais erraram para nos não precisarmos errar. Deus nos deu essa lição para que pudéssemos aprender logo na matriz de nossa espécie a desventura da transgressão de comer do fruto proibido, do fruto desnecessário.
O Kexuita quis beneficiar o Guarani, lhe trazendo a vergonha do corpo e todas as implicações psiquicamente nocivas que isso traz. Na verdade o mundo seria bem melhor se houvesse menos pessoas nocivas querendo mudá-lo e transformá-lo.
Kexu Krito falou que qualquer que atentar para outrem com cobiça comete adultério, ou seja, o pecado não está no corpo, mas no olhar cobiçoso. Ele disse: “Ouvistes o que foi dito aos antigos: não cometerás adultério. Eu, porém, vos digo que qualquer que atentar numa mulher para a cobiçar já em seu coração cometeu adultério com ela” (nb35).
Kexu Krito quando falava era como uma flor desabrochando, como o sol nascendo, era um fenômeno divino, naturalmente, e o mundo todo era beneficiado. O Kexuita quando falava queria beneficiar mas só causava danos. O Kexuita quando falava não era um fenômeno divino nem natural, outras coisas estavam envolvidas, ao falar estava fazendo um jogo político, existia uma estratégia, uma tática, a intenção de modificar, de controlar, de manipular, de dominar estavam presentes.
O Kexuita fazia parte do aparato de opressão embora sua intenção aparentemente não fosse essa. Um aparato que visava escravizar o ser, controlando o seu corpo, controlando os seus movimentos embora tivesse a intenção de libertá-lo.
Rete, o nosso corpo, é a imagem de Ñamandu, não temos porque ter vergonha dele. E Kexu Krito nos libertou de todo pecado, de toda vergonha, para que pudéssemos ser: “perfeitos como é perfeito o nosso Pai que está nos céus” (nb36). E o nosso corpo é a imagem dessa perfeição. Devemos então olhar para ele com gratidão e respeito por essa maravilha que Ñamandu nos fez.

5 PAJE: O SACERDOTE GUARANI

Os Ywyraija e as Ywyraijari, os Ñanderu’i e as Ñandexy’i, os Mboea e as Mboea sempre foram os paje Guarani, também foi aceito o Kexuita como paje, mas o Kexuita não aceitou o paje Guarani. Ou seja, o Guarani aceitou o paje, o padre jesuíta, mas este não aceitou o padre Guarani.
Comenta Lugon: “Os Guarani, que comentavam com facilidade e fervor, durante meia hora, o sermão dominical, diante de toda a população, teriam podido dar, ao que parece bons pregadores e bons sacerdotes. Teriam podido instruir-se, aprender o latim e seguir os cursos de teologia tão bem quanto os filhos dos conquistadores e num espírito mais sacerdotal. Os jesuítas do Paraguai e do Prata tinham o controle dos colégios e seminários. Dirigiam, além disso, a universidade de Córdoba. Ter-lhes-ia sido facílimo dar à elite uma formação superior, orientar, em todo caso, os melhores jovens para o sacerdócio instruindo-os, in loco, se necessário e se houvesse o receio de reações coloniais” (nb37).
Quanto a castidade, o povo que conhecia noivos e esposos geralmente tão virtuosos teria podido fornecer sacerdotes de que o clero colonial certamente não se envergonharia. Os Guarani tinham alcançado um domínio moral invejável. Assim escrevia Cherlevouix: “O que não se contesta, em toda a América meridional, é que não se vislumbrava nestes índios o menor vestígio do seu antigo caráter, que os levava à vingança e à crueldade, à independência e aos vícios mais grosseiros. Jamais suas bocas proferem uma palavra indecente. O que ouvem ou vêem mais suscetível de os escandalizar, somente lhes inspira um horror ainda maior pelo vício” (nb38).
Nas cidades espanholas, por mais que tentassem arrastá-los, oferecendo-lhes, por exemplo,vinho com grande insistência, eles mantinham-se firmes. “O vinho é a melhor das coisas que chegam de Espanha – respondiam eles, de bom grado, não sem uma ponta de ironia. – Para nós é um veneno!”(nb39).
Depois da partida dos jesuítas, um Guarani o Abade Januário Tubixapota, foi ordenado. Seguira cursos de filosofia e teologia no seminário diocesano de Buenos Aires.
As leis não se opunham à ordenação de sacerdotes indígenas. Filipe II (1588), Carlos ll (1697), Filipe V (1725), e Carlos III (1766), haviam declarado que os índios podiam ter acesso a todos os cargos e ser ordenados padres. Os preconceitos foram mais fortes do que as leis civis e religiosas. Na medida em que deles se era eventualmente liberado, não se podia talvez chegar a ponto de os desafiar sem correr graves riscos. Ao que parece, era por esse prisma que se conseguia, senão justificar pelo menos explicar de modo mais razoável uma lacuna imensamente lamentável. “Se os Guarani possuíssem um clero indígena, sua história, ulterior poderia ter sido muito diferente no plano religioso e, provavelmente, no plano temporal” (nb40).
As mulheres e as moças não receberam também a possibilidade de se consagrarem à Deus num estado à parte. Tal como os homens, teriam igualmente sido muito dignas disso. Escreve Cherlevoix: “Chegamos ao ponto de inspirar nelas tão grande horror pela impureza, que esta as leva a submeterem-se voluntariamente às penitências mais humilhantes, por mínima que seja a liberdade que se permitam a si mesmas nesse gênero. Vêem-se frequentemente donzelas que se deixam matar por infiéis que as queriam seduzir. Mas, por maior segurança, ainda não se julgou oportuno exortá-las ao celibato” (nb 41).
Na prática, desviavam-se as moças do celibato e mantinha-se fechado o acesso à vida religiosa. O padre Charles, S.J., reconheceu muito francamente que a linha de conduta assim seguida não merecia aprovação. Diz ele: “Parece-me que teria sido possível, apesar dos preconceitos, fundar entre eles institutos de religiosas indígenas. As melhores, entre as cristãs, manifestavam espontaneamente esse desejo e queriam manter-se virgens. Nos relatos oficiais do Paraguai, escritos pelos próprios missionários, parece, por vezes, que se vai assistir à eclosão da vida conventual entre esses selvagens! É um sábado, após longa sessão confessional. O padre, no limiar da igreja, encontra um pequeno grupo de duas ou três cristãs particularmente devotas, que se aproximam timidamente. Uma delas diz: - Pai, gostaríamos tanto de pertencer à Deus, não nos casarmos, ficar juntas para orar e praticar a virtude, não repartir o nosso coração e oferecer a Jesus toda a nossa vida! – O padre, embaraçado, comovido por esse discurso, hesita em responder. Essas moças são ainda jovens, o empreendimento é tão inaudito, os riscos de fracasso tão grande e desastrosos. Recomenda o fervor, fala do bom exemplo, não se atreve a entreabrir, para essas almas, a estrada real dos conselhos evangélicos. O preconceito da época parecia intangível. Já se escandalizavam em todos os meios jansenistas da Europa com a sem-cerimônia com que os jesuítas admitiam aos sacramentos os filhos de pagãos e os exegetas inexoráveis comentavam, com alusões transparentes, a defesa evangélica de dar coisas santas aos cães. Esses índios puros, castos, sinceros e devotos, teriam querido consagrar à Igreja e a Cristo suas vidas e corações. Tal desejo jamais foi mitigado. O Paraguai desenvolveu-se e manteve-se durante cento e cinqüenta anos sem uma religiosa, indígena ou européia” (nb42).
Nestes comentários, onde temos a palavra dos próprios Kexuita, podemos observar a contradição, o preconceito e a artimanha. Infelizmente as amarras dessa época e o medo da perda do mando não permitiram aos Kexuita agirem como discípulos de Kexu Krito.


6 OPA: O FIM

O opa foi o fim, o acaso das reduções, da república livre Guarani. Após esse período os Guarani voltaram à sua origem, puderam respirar novamente o ar puro da selva, a liberdade de desnudos poderem banhar-se nas águas límpidas das cachoeiras, de aprofundar novamente a sua relação com os outros irmãos, os seres pássaros, pedras, gente nuvem, trovão, povo estrela; enfim, com todos os seres criados por Ñanderu Papa Tenonde, nosso pai criador de mundos e universos. Mas isso teve um preço.
A união com os Kexuita, garantiu uma força necessária, que salvaguardou o Guarani por três séculos da barbárie dos invasores europeus.
Em 17 de janeiro de 1817 começaram os infortúnios. Tudo começou em Entre-Rios, porque uma liderança importante Guarani, Andrecito Takwary, era filho adotivo do General José Artigas, chefe do Estado Provisório da “Margem Oriental”, que se insurgira contra Buenos Aires. O General Artigas foi derrotado em Cuareiru, a 4 de janeiro de 1817, pelo Marquês de Alegrete. Perseguido pelos portugueses Artigas refugiou-se em Entre-Rios, onde tinha numerosos partidários, graças, precisamente, a seu filho adotivo Andrecito.
A intenção de Artigas era reorganizar um exército nas missões. A conseqüência foi terrível. A evolução dos acontecimentos, segundo Martin de Moussy, o primeiro historiador da ruína das reduções, foi o seguinte: “O Marquês de Alegrete, suspeitando das intenções de Artigas, tomou uma decisão extrema. Ele era o governador e capitão-geral da província do Rio Grande; o General Chagas estava, portanto, sob as suas ordens. Assim ordenou-lhe que cruzasse imediatamente o Uruguai, destruísse completamente todos os povos das Missões ocidentais e recolhesse a população, para a repartir pelas Missões brasileiras. Nada deveria restar de pé, nem igreja, nem habitações, nem Capelas, nem estâncias, nada, enfim, que pudesse sevir um dia para reagrupar essas populações, que assim eram entregues a todos os horrores de um extermínio calculado” (nb43).
Com efeito, prossegue Martin de Moussy: “o General Chagas mostrou-se o executor fiel e consciencioso dessas ferozes medidas. A 17 de janeiro de 1817, atravessa o Uruguai, no passo de Itaqui, à frente de dois mil homens de tropas de primeira linha. Ocupa La Cruz, que não oferece resistência, visto que todos os índios válidos tinham fugido, e aí estabelece o seu quartel-general. Envia então o Major Gama, com trezentos homens de cavalaria, para destruírem Yapeyu, que sua população abandonara também. Gama realizou sua operação à vontade, não deixando pedra sobre pedra na antiga capital das Missões. No seu regresso, teve algumas escaramuças com Andrecito, mas foi socorrido a tempo por Chagas. D. Luís de Carvalho foi encarregado de destruir S. Tomé, S. José, Apóstolos, Mártires e São Carlos, desempenhando-se da tarefa tão bem quanto Gama. Parece, contudo, que Andrecito o pressentiu em S. José e pode salvar a tempo a população, embora dispusesse ali de pouca gente, visto que o grosso de suas tropas se encontrava mais longe, em Entre-Rios, com José Artigas, que não se desencorajara com a derrota e queria, como efetivamente o fez, recomeçar a guerra contra os portugueses. Outro lugar-tenente de Chagas, Cardoso, destruiu Concepción, Santa Maria Maior e S. Xavier” (nb44).
As reduções repartidas pelos governos do Brasil, Argentina e Paraguai, tiveram fim igual, sem resistência.
Cinqüenta anos após o extermínio assim é descrita a Redução de São Nicolau e a de Yapeyu, a capital de Pindo Retama: “Os arredores de S. Nicolau estão cobertos de magníficos laranjais que formam um grande bosque. Nessa espécie de floresta vive uma dezena de famílias índias. É impossível de perceber, à primeira vista, o estreito caminho que conduz às suas casas, e ninguém pensaria que ali houvesse habitantes. Mas, aos domingos, vê-se repentinamente sair uma procissão, do meio das árvores, umas cinqüenta pessoas que se dirigem ao edifício do Cabildo, onde aquela boa gente depositou todas as estatuas e imagens que conseguiu salvar das ruínas da igreja, e que serve assim, de capela. Aí praticam suas devoções. Um bosque impenetrável encobre a localização de Yapeyu, a antiga capital, verdadeira cidade, fácil de reconhecer pela área ocupada por suas ruínas. Para examinar os destroços que aí subsistem, é preciso abrir caminho com um facão de caça, através da vegetação densa que a envolve. Reconhecem-se as paredes da igreja, as do colégio, a residência dos padres, os armazéns. A fila de casas que orlava a grande praça estava sob uma dupla galeria sustentada por pilares em madeira de Urundei, a melhor essência dessas paragens. Botaréus em pedra vermelha, muito bem trabalhados, sustentavam esses pilares, alguns dos quais ainda estão em pé, ao passo que outros jazem por terra, meio calcinados. Meia dúzia de famílias vive em redor dessas ruínas e de tempos em tempos desbastam um pedaço de floresta para aí semearem o milho... A magnífica igreja incendiada por Chagas sucedeu uma cabana miserável cujos muros são de terra batida e cuja pobreza interior está abaixo de tudo o que se possa imaginar” (nb45).
Concluo que foi uma lástima a incompreensão por parte do Kexuita e do Juruá, do europeu, do Ñande Reko, da maneira de ser e viver Guarani. E mais lamentável ainda foi a tentativa de extermínio dessa forma de viver. Também lamentável a não compreensão por parte dos teólogos e estudiosos da época de que a diversidade e o diálogo só trariam enriquecimento mútuo.
Os Guarani dialogaram e ainda continuam dialogando com o espírito Kexuita, posto que ele ainda é vivo e pulsante dentro do Ñande Reko. E ainda buscam espaço para dialogar com o Juruá e compreender as suas ações contraditórias, que trouxeram tanta sujeira (poluição), tanto atropelo e tanta destruição (crime, assalto, doença, sofrimento) para Pindo Retama.
Porém, vejo com muita tristeza declarações como a do atual Papa Bento XVI, Joseph Ratzinger, de que a teologia indígena apresenta: “desvios doutrinais” (nb46). Ou, como a do Bispo Javier Lozano Barragan, da diocese mexicana de Zacatecas, que diz: “a teologia índia não dispõe de uma sólida base filosófica e científica, capaz de fazê-la merecedora do título de teologia cristã (nb47)”.
Mas há luzes no caminho, como o questionamento que nos traz o bispo Geraldo Flores, da Diocese de Vera Paz, na Guatemala que como Eleazar Hernandez condena um tipo de pensamento cristão que, do alto da sua arrogância, não reconhece aos povos indígenas o valor e a dignidade de sua experiência religiosa antiga e atual.
O verdadeiro perigo, disse o bispo Guatelmalteco, é o “medo frente aquilo que não se conhece”, e também: “um comodismo fechado da parte de alguns pastores”. Incapazes de acolherem o “sopro do Espírito” presente na teologia índia, “procuram frear, com os mesmos critérios de quinhentos anos atrás, todo esse movimento, pondo-lhe a etiqueta de diabólico e perverso” (nb48).
Como podemos ver, a questão prossegue, como no Kexuita Ara Wa’ekwe.
Há’ewei!


7 NOTAS BIBLIOGRÁFICAS

Nb1: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. p. 331.
Nb2: Stott, John, Primeiro Congresso Internacional sobre Discipulado”. Eastbourne, Inglaterra, 1999. Extraído do discurso de abertura do Primeiro Congresso Internacional sobre Discipulado.
Nb3: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. p. 247
Nb4: Charlevoix, Pierre François Xavier de, S. J., Histoire du Paraguay, Paris, 1747, 6 vols., 2608 páginas; 670 páginas de documentos espanhóis e franceses. Obra traduzida em espanhol, italiano e alemão. (As referências a Charlevoix I dizem respeito à edição em 3 volumes, de 1756.) Tomo I, p. 247.
Muratori, Relation dês Missions du Paraguay, Paris,1826 (primeira edição francesa:1754). Tradução do italiano: “Il Cristianesimo felice nelle missioni de Padri della Compagnia di Gésu nel Paraguay”, Nápoles, 1743. p. 93
Nb5: idem nb4.
Nb6: Muratori, Relation dês Missions du Paraguay, Paris,1826 (primeira edição francesa:1754). Tradução do italiano: “Il Cristianesimo felice nelle missioni de Padri della Compagnia di Gésu nel Paraguay”, Nápoles, 1743. p. 94.
Nb7: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. p. 248.
Nb8: Muratori, Relation dês Missions du Paraguay, Paris,1826 (primeira edição francesa:1754). Tradução do italiano: “Il Cristianesimo felice nelle missioni de Padri della Compagnia di Gésu nel Paraguay”, Nápoles, 1743. p. 94.
Nb9: Charlevoix, Pierre François Xavier de, S. J., Lettres Édifiantes, Tomo V, passim. Charlevoix, Pierre François Xavier de, S. J., Tomo II, IV e VI.
Muratori, Relation dês Missions du Paraguay, Paris,1826 (primeira edição francesa:1754). Tradução do italiano: “Il Cristianesimo felice nelle missioni de Padri della Compagnia di Gésu nel Paraguay”, Nápoles, 1743. páginas. 128, 129 e 130.
Nb 10: idem a nb 9
Nb 11: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. p. 233.
Nb12: Katholiche Missionen, Die, Monatschrift, Freiburg, 1894, p.254.
Nb13: Sepp, Pe. Anton, S. J., Reisebeschreibung...und Kurzer Berich der Denkwurdigsten Sachen..., etc., Nuremberg, 1697.
Nb14: Muratori, Relation dês Missions du Paraguay, Paris,1826 (primeira edição francesa:1754). Tradução do italiano: “Il Cristianesimo felice nelle missioni de Padri della Compagnia di Gésu nel Paraguay”, Nápoles, 1743.
Nb15: Raynal, Tomo III, p. 305.
Nb16: : Charlevoix, Pierre François Xavier de, S. J., Tomo I págs. 258 e 259.
Nb17: Charlevoix, Pierre François Xavier de, S. J., Histoire du Paraguay, Paris, 1747.
Nb18: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. p.221.
Nb19: : Charlevoix, Pierre François Xavier de, S. J., Tomo I, p. 313.
Nb20: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. p. 222
Nb21: Muratori, Relation dês Missions du Paraguay, Paris,1826 (primeira edição francesa:1754). Tradução do italiano: “Il Cristianesimo felice nelle missioni de Padri della Compagnia di Gésu nel nel Paraguay”, Nápoles, 1743. p. 75.
Nb22: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. p.224.
Nb23: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. p. 208.
Nb24: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. p. 210
Nb25: Muratori, Relation dês Missions du Paraguay, Paris,1826 (primeira edição francesa:1754). Tradução do italiano: “Il Cristianesimo felice nelle missioni de Padri della Compagnia di Gésu nel nel Paraguay”, Nápoles, 1743.
Nb26: Cardiel, Padre José, S. J., Breve Relación de lãs Misiones del Paraguay. – obra escrita em Bolonha, em 1770, publicada integralmente em Hernandez, tomo II, págs.514 a 614.
Nb27: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. p. 211.
Nb28: Muratori, Relation dês Missions du Paraguay, Paris,1826 (primeira edição francesa:1754). Tradução do italiano: “Il Cristianesimo felice nelle missioni de Padri della Compagnia di Gésu nel Paraguay”, Nápoles, 1743.
Nb29: Sepp, Pe. Anton, S. J, e Cardiel, Padre José, S. J., Breve Relación de lãs Misiones del Paraguay. – obra escrita em Bolonha, em 1770, cápitulo VII, número 53.
Nb30: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. , p. 206
Nb31: Montoya, Pe. Antônio Ruiz de, Conquista Espiritual... del Paraguay, Madri, 1639.
Nb32: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. p. 218.
Nb33: Muratori, Relation dês Missions du Paraguay, Paris,1826 (primeira edição francesa:1754). Tradução do italiano: “Il Cristianesimo felice nelle missioni de Padri della Compagnia di Gésu nel Paraguay”, Nápoles, 1743. p. 151.
Nb34: Muratori, Relation dês Missions du Paraguay, Paris,1826 (primeira edição francesa:1754). Tradução do italiano: “Il Cristianesimo felice nelle missioni de Padri della Compagnia di Gésu nel Paraguay”, Nápoles, 1743. p. 81.
Nb35: Mt 5. 27,28.
Nb36: Mt 5.48
Nb37: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. p. 244.
Nb38: Charlevoix, Pierre François Xavier de, S. J., Histoire du Paraguay, Paris, 1747. Tomo I. p. 261 e 262.
Nb39: Hernandez, Pablo, S. J., Organización social de lãs doctrinas guaranis, Barcelona, 1913, Tomo II, p. 40.
Nb40: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. p. 245.
Nb41: Charlevoix, Pierre François Xavier de, S. J., Histoire du Paraguay, Paris, 1747. Tomo I. p. 257.
Nb42: Charles, Pierre, S. J., Lês Reductions du Paraguay, Louvain, 1926. p. 28,29 e 30.
Nb43: Moussy, Dr. Martin de, Descriptión Géographyque et Statistique de la Confederation Argentine, Paris 1860-1864. Tomo III. p. 686 e 689.
Nb44: idem nb 43.
Nb45: Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949. p. 253 e 254
Nb46: Hernandez, Eleazar de. Deus Já Morava Aqui Antes. Três Últimos Tópicos. Cenami, México, 1994.
Nb47 e Nb48: idem a nb 46

8 BIBLIOGRAFIA
Anônimo, Relazione Breve Della Republica che i Religiosi Gesuiti Hanno Stabilita ..., Lugano, 1759, 133 páginas. Contém a tradução italiana da “Relação Abreviada” de Pombal, diferentes documentos traduzidos do Guarani e o Breve Immensa Pastorum, do Papa Bento XIV, sobre o regime colonial.
Azara, Dom Félix de, Voyage dans L’Amérique Meridionale, Paris, 1809.
Cardiel, Padre José, S. J., Breve Relación de lãs Misiones del Paraguay. – obra escrita em Bolonha, em 1770.
Charlevoix, Pierre François Xavier de, S. J., Histoire du Paraguay, Paris, 1747
Hernandez, Eleazar de. Deus Já Morava Aqui Antes. Três Últimos Tópicos. Cenami, México, 1994.
Las Casas, Bartolomeu. O Paraíso Destruído. Tradução comentada da Brevíssima Relacion de la Destrucción de las Índias Occidentales, 1552. Porto Alegre, L e PM Editores (1985).
Ladeira, Maria Inês. O Caminho sob a Luz. São Paulo. PUC/TESE. 1992.
Litterae Annuae Soc. Jesu, Pragay, 1581-1654. Lettres Édifiantes et Curieuses, escritos das Missões Estrangeiras. Revista Internacional da Companhia de Jesus, a respeito das reduções Guarani, aí se encontram cartas dos padres Rodero, Cattaneo, Sepp, Labbe, de padres flamengos e numerosos padres espanhóis. Citamos de acordo com a edição de Lyon, 1819.
Lugon, Clovis, La Republique Comuniste Chrétienne Dês Guaranis – 1610/1768. Lês Éditions Ouvriéres, Paris, 1949.
Muratori, Relation dês Missions du Paraguay, Paris,1826 (primeira edição francesa:1754). Tradução do italiano: “Il Cristianesimo felice nelle missioni de Padri della Compagnia di Gésu nel Paraguay”, Nápoles, 1743.
Pereira de Queiroz, Maria Isaura. O Mito da Terra Sem Males: Uma Utopia Guarani. In Revista Vozes. Petrópolis, Vozes, 1973.
Sepp, Pe. Anton, S. J., Reisebeschreibung ... und Kurzer Bericht der Denkwurdigsten Sachen. Nuremberg, 1697.
Shaden, Egon. Aspectos Fundamentais da Cultura Guarani. São Paulo, EDUSP. (1954).
[1] Os Guarani: na língua Guarani a palavra Guarani não tem plural, ela já designa uma coletividade.
[2] Pindo Retama, o país Guarani foi assaltado pela primeira vez em 1516 pela armada de Juan Dias de Solis.
[3] Conforme Lugon: “Os Salesianos estabelecidos em Assunção retornaram contato em 1895 com os Guarani, que há muito tempo só conheciam representantes sumamente imperfeitos da religião cristã pregada pelos Jesuítas”(nb1).

[4] Kexuita: forma Guarani de denominar e compreender os Jesuítas.
[5] Kexu Krito: forma Guarani de denominar e compreender Jesus Cristo.
[6] Paraguai: o Juruá, o europeu, sempre confundiu, e tentou restringir o país Guarani ao Paraguai.